El devastador paso de la DANA ha provocado una de las mayores catástrofes. Es crucial abordar las causas. Se habían aprobado obras hidráulicas que nunca se pusieron en marcha por razones ideológicas, relacionadas con el fanatismo climático, basado en la teoría de que los ríos deben fluir libremente sin ningún tipo de impedimento, incluso en lugares con antecedentes de riadas en siglos. El fanatismo climático destruye.
Tenemos un gobierno que no socorrió a los ciudadanos por causas políticas, negando cualquier ayuda con aquella frase psicópata, días después: “si quieren ayuda, que la pidan”. Hemos visto imágenes de la sorpresa de bomberos franceses llegando a puntos donde ninguna fuerza pública había llegado antes.
Tenemos un ayuntamiento que no ha estado a la altura de las circunstancias. Primero, diciendo que no se donara comida ni material para los afectados, sino a la Cruz Roja. Tampoco enviaron ayuda humana cuando había voluntarios que querían ir. Sin embargo, hemos visto lo mejor de Esplugues, asociaciones recogiendo comida y material, otros trabajando en Valencia, volcándose en un gran gesto de solidaridad.
Por eso, VOX presenta una iniciativa para que las partidas de ayudas en cooperación, dotadas en el presupuesto municipal con 100.342 €, se destinen a la cooperación directa con los afectados por la DANA, en lugar de a proyectos como el “empoderamiento de las mujeres sindicalistas en Marruecos” (10.000 €) o “Contribuir a la justicia de género frente a la precariedad laboral en Colombia” (10.000 €) etc… La solidaridad y cooperación debe tener prioridad nacional. Es sentido común.